¿Cómo ha sido la idea de transformar una habitación en nuestra oficina?

Echábamos de menos todo esto. El olor tan característico de casa cuando entras por la puerta, las risas con los amigos de siempre, e incluso el desayuno en la panadería del pueblo. Echábamos de menos el sonido del mar, la comida de nuestras madres y saludar a la gente cuando caminas por la calle. Así que lo tuvimos claro: en medio de una pandemia mundial, no había mejor opción que volver a casa, a Menorca, a trabajar. Lo que no tuvimos tan claro era dónde trabajar.

Las oficinas están al borde de una gran transformación a causa del coronavirus, y los alquileres, por las nubes… así que pensamos que la mejor opción sería el teletrabajo. Según la encuesta Remote Work Survey realizada por PwC en Estados Unidos el pasado mes de junio, tres de cada cuatro empleados califican el teletrabajo como un éxito.

Claro, ¿a quién no le gusta ganar tiempo?

Los europeos tardamos un promedio de 45 minutos en llegar al trabajo (sería como ir de Ciutadella hasta Mahón cada día, qué pereza, ¿no?). Todo parecían ventajas: la flexibilidad horaria, el ahorro en los desplazamientos y la reducción de contaminación, menos estrés, y lo más importante, el aumento de la productividad. Si a todo eso le sumamos que somos muy afortunados y nuestras casas están en el paraíso, la productividad y la creatividad volarían por los cielos. Aún sabiendo eso, nos hacía ilusión tener nuestro espacio de trabajo, y empezamos a mirar algunos locales en nuestro pueblo… ¡Pero vaya locura de precios! No nos podíamos permitir todos los gastos que conlleva un alquiler, ya que era el principio de nuestra aventura, y lo más importante era darnos a conocer y tener un mínimo de ingresos.

Ante esta misión imposible optamos por la opción fácil y molona: ¡transformar mi habitación en una oficina modernita! Así que nos pusimos manos a la obra. Sustituimos mi cama individual por un sofá que teníamos en casa de mi abuela, aprovechamos la mesa que estuvo sudando conmigo durante todo el bachillerato, y poca cosa más. La verdad es que para montar una oficina, no necesitamos mucho más que un buen wifi, dos súper ordenadores, algunas plantitas, mucha creatividad y una pizarra para hacer BRAINSTORMING (a Josep le encanta).

Así que ahora nuestra oficina es el hogar de los Bros.

Es el lugar donde pasamos nuestro día a día. Desde la oficina tenemos el privilegio de escuchar a nuestras queridas vecinas gallinas (¡no todo el mundo puede decir eso!). En la oficina Bro, cuando nuestros cerebros ya no pueden más a partir de las 17h, hablamos balleno. ¡La oficina Bro es de todos, para todos! ¿Quieres ver el antes y el después? Si nos quieres visitar, escríbenos y te invitaremos a un café con una ruta guiada en nuestros 12 metros cuadrados (te aconsejamos venir antes de las 17h).

 Igual que te hemos contado la historia de nuestra oficina también podríamos contarte la historia de tu empresa. ¿Qué te parece? Al igual que una buena película, una novela o una obra de teatro, las historias que cuenta tu empresa deben ser llamativas, entretenidas e integrar elementos que lleven a la reflexión del público. Cuenta una historia para conectar con tu cliente ideal. Grandes marcas usan las historias porque saben que las decisiones de compra se basan en las emociones. 

En las próximas entradas del blog seguiremos contándote más cosas, así que no te lo pierdas porque te daremos más pistas para empezar a escribir historias y aplicarlas a tu negocio o empresa. 

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